Un contratista minero alemán se encontraba en la etapa de adquisición de un próximo proyecto en Kazajstán. Habiendo operado una excavadora minera Terex Schaeff ITC 120 desde nuevo, ahora necesitaban una segunda unidad. Al final del proyecto, la máquina quedaría en el fondo de la mina, por lo que en lugar de comprar una nueva máquina, optaron por utilizarla para reducir costos. Omnia pudo adquirir una unidad adecuada de un contratista del Reino Unido; anteriormente había estado trabajando en la extensión Northern Line en Londres.
La máquina era un modelo 2012 con solo 2,000 horas. La condición técnica y la confiabilidad eran una prioridad, ya que las reparaciones y el mantenimiento serían un desafío debido a las condiciones adversas. Omnia facilitó la inspección de la máquina durante todo el día por dos técnicos de la empresa alemana. Una vez satisfecho con la condición, se acordó que el pago se realizaría una vez que la máquina se cargara en el camión. Representantes de Omnia se reunieron con sus homólogos de la compañía alemana en Londres dos semanas después de la inspección original, y una vez que la máquina y todos los accesorios se cargaron con éxito en el camión, se finalizó el pago.